Raciones : 4
Tiempo de cocción : 45 minutos
Ingredientes
- 1 bolsa de albóndigas de pollo con salsa de tomate y albahaca (listas para usar)
- 2 berenjenas grandes
- 30 ml (2 cucharadas soperas) de aceite de oliva
- 1 cebolla finamente picada
- 500 ml (2 tazas) de salsa de tomate (además de la salsa con las albóndigas)
- 1 cucharadita (5 ml) de orégano seco
- 500 ml (2 tazas) de salsa bechamel
- 250 ml (1 taza) Queso mozzarella rallado
- Sal y pimienta al gusto
Preparación
- Precalentar el horno a 180°C (350°F).
- Cortar las berenjenas en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor. Sazonar las rodajas de berenjena con sal y pimienta.
- Calentar el aceite de oliva en una sartén grande a fuego medio. Freír las rodajas de berenjena por ambos lados hasta que estén doradas. Reservarlas sobre papel de cocina para eliminar el exceso de aceite.
- En la misma sartén, freír la cebolla hasta que esté blanda y ligeramente dorada. Añadir las albóndigas de pollo a la salsa de tomate, la salsa de tomate adicional y el orégano seco. Cocer a fuego lento durante unos minutos para mezclar los sabores. Sazonar al gusto con sal y pimienta.
- Colocar una capa de rodajas de berenjena en una cazuela. Extender una capa de salsa bechamel por encima y, a continuación, añadir una capa de albóndigas de pollo en salsa de tomate. Repetir las capas hasta agotar los ingredientes, terminando con una capa de bechamel.
- Espolvorear la mozzarella rallada por encima.
- Meter el gratinado en el horno durante unos 25-30 minutos, hasta que el queso esté fundido y dorado.
- Dejar reposar unos minutos antes de servir.